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Estos pequeños pero poderosos alimentos van más allá de una moda en los últimos años. En lo personal, tratar de integrarlos a mi alimentación es un esfuerzo por nutrir un poco mejor a mi cuerpo incluso en aquellas ocasiones donde no se cuenta con mucho tiempo para cocinar, ni para comer. Hemos aprendido que se trata de un snack perfecto y también de un complemento ideal debido a sus exóticos sabores que nos dan el referente casi exacto para poder imaginarnos de qué lugar del mundo provienen. Muchos pertenecen a la tradición milenaria de su país de origen y casi en automático podemos asociarlo a la gastronomía de su región, tal es el caso del Té Matcha con Japón, la cúrcuma con la India, entre otros.

Siendo un país tan vasto en productos autóctonos, variados ingredientes y contando con  una cocina de calidad envidiable a nivel mundial, México no se podía quedar atrás al ser el país de origen más de uno de los llamados superfoods.

Se acerca una de las épocas más especiales del año y con ella, el espíritu navideño colándose en cada rincón. La tradición de poner un arbolito de Navidad  llegó a México en 1864 y cada vez es una práctica más recurrente en los hogares mexicanos y con ella, han ido surgiendo más y mejores opciones para quienes queremos adquirir uno.

Las llamadas Estrellas Michelin son de los más grandes reconocimientos a los que se podría aspirar en el mundo de la cocina. Éstas surgen de la Guía Michelin, de la editorial francesa Éditions du Voyage, fundada por André Michelin en 1900 y siendo la guía de hoteles y restaurantes más antigua de Europa. Inicialmente la idea de la guía era una estrategia publicitaria que se comenzó obsequiando con la compra de neumáticos, ofreciendo a los viajeros información valiosa como listas de mecánicos, doctores, algunos mapas y planos, además de una lista de curiosidades del lugar.

Los altares van tomando su lugar en miles de hogares mexicanos. Veladoras, flores, comida, calaveritas de azúcar y al centro esos retratos que significan tanto para nosotros. Sin duda el 1 y 2 de noviembre son unas de las fechas más únicas y especiales que celebramos en el país pues en México nos caracterizamos por nuestra particular relación con la muerte. Nos reímos de ella, nos reunimos en los cementerios y los llenamos de olores y colores y aún así, la muerte también nos infunde el más solemne respeto y más de una vez nos pone a temblar hasta los huesos. Por estos días, las casas y los cementerios son limpiados y el color naranja de la flor de Cempasúchil empieza a inundar los sepulcros.